10.7.10

La caja de Pandora.

Veo una maldad en tus ojos que no se puede describir más que con tu propia mirada.
Tus sonrisas inocentes me dejan ver puñaladas por la espalda.
Tu simpatía no es más que una forma de aprovecharse de las buenas intenciones de los demás.
Tus palabras son medias verdades o verdades sin empezar.
No encuentro sinceridad en tus labios y menos aún en tus ojos.
Tu flequillo oculta y encierra la única parte que no me clavaría una daga mientras duermo.
Tu nombre es Mentira y tu único apellido es Traición.
Seguirte sería ir directo a un profundo abismo en el que moriría tal como describí en alguna ocasión:
Con Libertad Condicional: Putrefacción.
Bajo tus ojos amables y tu apariencia inocente se esconde el infierno entero con una cobertura de dagas invisibles que me iría desangrando hasta morir en la llama de tu traición más profunda, oculta en el centro de tu corazón punzante, manzana envenenada, joya de imitación explosiva. Eres el baúl en el que se guardan las malas intenciones cerrado con un candado que sólo se puede abrir con la confianza. Eres la caja de Pandora.

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