Y mientras todos gritaban y cantaban canciones de rima dudosa, con un cántico más parecido al de una tropa militar que al de un coro, yo estaba 'solo' entre esa multitud furiosa, el único que pensaba que todo era una mierda y el único que se daba cuenta de que el resultado de aquella batalla no aportaría nada a ninguno de los que tanto alzaban la voz (ni a mi). Gente con más odio en sus corazones hacia el resto que pasión hacia los suyos. Violencia gratuita. Insultos sin sentido. Adoración a don nadies.
Y me preguntan <
El fútbol ayuda al racismo y a la xenofobia (no contra ellos). No es pasión lo que sienten, es odio. Sus caras pasan de amables y pacíficas a enfurecidas y animalescas.
Nadie lo ve. Todos están ciegos y los que no lo están simplemente no quieren mirar. Quienes se encuentran siempre en guerra se unen sólo para esto, en vez de luchar por algo que de verdad merezca la pena. Quien quiere el fracaso de a quienes ellos apoyan pasa a ser un extraño, un hostil. Lo peor es que aunque no quieras saber NADA de todo eso estás obligado porque sale en todas partes: en cada televisor, en cada cadena, en cada anuncio, en cada cartel de cada pared, en cada individuo...
Así va este mundo.
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