29.10.11

Soy pianista.

Moonlight Sonata - YouTube
Soy libre.
Conseguí escapar.
Vuelvo a mi ciudad.
Vacía.
Todos están prisioneros.
Nadie camina por las calles excepto yo.
Nadie habita las casas.
Los únicos hombres libres que comparten conmigo la acera de esta fría ciudad fantasma son cadáveres.
Muertos por el racismo, por la maldad.
Hombres matando hombres, vidas arruinando vidas.
¿Y qué sería de nosotros si no? Hombres matando hombres, siempre es así.
Hambrientos arrebatando la comida a otros hambrientos.
No hay buena voluntad en las muertas calles de este barrio por el que camino tranquilo, preocupado, asustado, desconcertado...solo.
No hay hogar seguro. No hay escondite fijo.
Atravieso un hospital vacío. Atravieso el muro. La ciudad en ruinas no alberga refugio. No hay comida. No hay agua. Sólo un piano tocado por asesinos...o salvadores, ¿quién sabe?...
El calor toca mis brazos casi 2 meses después de que acabe el verano, cuando el sol se escondió de los que le llamábamos.

24.10.11

La soledad es un cuchillo que se me clava en el pecho, derrama mi sangre y me quita el aliento.
Me quita mis fuerzas, mis esperanzas, me sume en la pena, oscurece mi alma.
Frunce mis cejas y frunce mi cara, oculta mi sonrisa, me quita mis ganas.
Encuentro en mi un enemigo, un cuchillo que acompaña al que me clava mi soledad, por lo tanto yo soy la causa de mis dos cuchillos, uno en el pecho, el otro en la espalda.
Pero no puedo remediarlo.

13.10.11

A veces...

Creo estar despierto cuando sueño
y creo soñar cuando estoy despierto,
creo ver en el mar el cielo y en el cielo el mar,
creo estar mirando tus ojos y creo mirar tus ojos mirándome
y creo confundir tu mirada con un reflejo de la mía
y creo creer mi mirada un reflejo de la tuya.
Y creo ver en la Luna tu blanco rostro.
Y creo ver en el mar que confundo con el cielo tus ojos
y creo ver en tus ojos el cielo que confundo con el mar.
Y creo entrever que me miras
y vuelvo a creer soñar aunque esté despierto.
A veces.

7.10.11

Producto defectuoso.

Gotas.
Las gotas rompen contra el alfeizar y algunas se cuelan por entre las rendijas de la verja de mi fría ventana.
La luna aúlla en silencio desde detrás de las nubes a los lobos que se esconden en sus madrigueras.
Y yo lo observo todo desde un rincón. En posición fetal.
La gente corre por las calles, con paraguas, sin paraguas o con el paraguas al revés.
Las carteras de los incautos caen en manos ajenas.
Los coches aceleran frente un paso de cebra.
Los jubilados se reúnen en torno a una pantalla de televisión mientras sus mujeres presumen de nietos.
Un hombre fue desterrado de su hogar y vive entre cartones mientras el otro duerme en una cama hecha de fibra de oro.
Un niño muere en manos de un adulto sin cartera.
Una mujer llora y se esconde de su marido...y de su hijo...
Un joven de raza negra se suicida pensando en sus compañeros de clase...
Hay guerras por religiones, defienden a un Dios imaginario antes que a su pueblo auténtico.
Rezan al unísono al rededor de una imagen de un cadáver sangrante en una cruz mientras tapan los ojos a sus hijos ante el mundo obsceno que un día u otro acabarán descubriendo...
Y yo lo veo todo desde mi rincón.
Una mujer tira a su gato por la ventana.
Un hombre deja morir a su hijo en el sillín del coche.
Y yo lo veo todo desde un rincón oscuro, húmedo, punzante, frío, terrible, sangriento, abismal, profundo...profundo rincón del mal...y lo veo todo y cada una de esas situaciones se me clavan en el cuerpo, haciendo hincapié en mis ojos, como agujas, agujas que se retuercen en la herida...
Y yo lo veo todo...¿y a mi me llaman loco?
Loco por tener ideas propias, loco por ser diferente, loco por decir lo que pienso, loco por querer ser libre...¿y a mi me llaman loco?
Sólo soy un hombre que fue a nacer de forma diferente...y sí, a mi me llaman loco...