28.4.10

Bueno. Hace bueno. Eso es bueno.
Las hojas son definitivamente verdes y el tiempo está definitivamente caliente.
Los pájaros cantan y los niños ('¡desgraciaos!') ríen como locos.
Las ventanas están abiertas y dejan entrar una muestra de lo que no puedo disfrutar...el buen tiempo.
Estoy definitivamente encerrado trabajando en un día definitivamente bueno.
Y todo, absolutamente todo, lleno de caritas sonrientes y redondeadas que se burlan de mi.
En fin, algo en todo esto me alegra: cuando termine mi trabajo podré levantarme y hacer lo que quiera, las caritas se quedarán con su falsa alegría eternamente.

26.4.10

12071993-20-30

Mi nombre es 12071993-20-30 y soy un número más.
Soy libre dentro de mi propia celda.
Estoy sólo encerrado con otros tantos que cometieron el mismo delito que yo: pensar.
Estamos solos y nadie nos escucha a pesar de su supuesta compresión. A pesar de que como locos intentemos que vean la realidad tal y como es.
Encerrados por un delito que nos sentimos orgullosos de haber cometido a pesar de que todo el mundo parezca estar en contra de ello. A pesar de que nos miren raro y nos tachen como gente extraña estamos orgullosos de ello y, nos prometan lo que nos prometan, nunca haremos otra cosa, sólo pensar y nunca otra cosa.
Mi nombre es 12071993-20-30 y soy un número más.
Soy libre dentro de mi propia celda...
[...]
y nO esTOy LOco....

22.4.10

Duelo.

Tierra.
El Sol quema mi frente.
El viento quema mi nuca.
Calma.
Una nube se atreve a sobrevolar mi cabeza sola, pues es la única que se ve en el cielo.
La silueta de mi adversario se alza firme en el horizonte.
Su sombra cae bajo mis pies, la mía se extiende hasta el infinito.
Nada suena más allá de mi respiración y el viento abrasador arrastrando arena a mi cuerpo inmóvil ante el cuerpo inmóvil de mi contrincante. Ninguno se mueve, pues ninguno quiere recibir un disparo antes de tiempo.
El sudor de mi frente pasa a mi nariz y de ahí cae entre mis pies.
Se acerca el momento.
Acerco suavemente mi mano colgante en el aire hasta la pistola, él hace lo mismo.
Agarro firmemente la empuñadura y coloco mi dedo en el gatillo, él imita mis movimientos.
Si tenía algo de qué arrepentirme o de qué disfrutar me parece que ya es tarde para hacerlo, pues sólo tengo una oportunidad y me enfrento a dos enemigos: las balas y la muerte.
Cinco...

Cuatro...

Tres...

Dos...

Uno...


Cero.



Un cuerpo cae desplomado, el otro no.

21.4.10

Another gray day

Hoy es un día triste.
La muerte es el último resquicio de vida que queda en este día.
Hoy el día es gris y, como gotas de agua que reflejan el cielo, la gente también es gris.
No hay más movimiento que gotas de agua, que llueven, gente que llueve y un aire frío que tampoco deja de llover. Nunca nada tan empapado como el suelo hoy fue tan seco como un desierto siempre. Nunca nadie consiguió ser más gris que el propio cielo...hasta ahora.
Hoy es un día gris donde la muerte nos aguarda escondida tras cualquier resquicio de cualquier puerta sin llegar a tocarnos.
Larga vida al que murió ayer, pues se fue con el sol en la frente pero nunca cara al sol.

16.4.10

Interiorada

Tuve que salir de mi mundo imaginario para centrarme en lo que tenía delante. No me acuerdo de lo que era pero, no sería nada importante.
Mi cabeza daba vueltas cuando me levanté de la cama y unas voces me aferraban a los sueños de los que no quería despertar. La sangre de mi almohada hizo que tuviese que salir otra vez de mi mundo. Las vendas ni me dejaron moverme.
No me podía levantar pero tampoco lo necesitaba. No podía dormir...eso hizo que una pequeña parte de mi muriese para siempre. Estar atrapado en una situación en la que deseas morirte y no poder abstraerte de la realidad es como estar encerrado en un mal sueño y no poder despertar (en este caso prefería el mal sueño).
Mi cara roja intentaba descansar en un charco de mi mismo en una cama a juego con mi cara.
En fin, así es la vida. Te juro que no recuerdo lo que pasó fuera de mi mundo interior.

10.4.10

Historia de una botella.

Tras unos vinicos tintos presenteme ante el pueblo en la plaza un Domingo esquivando a la gente gracias a la actitud zigzagueante que tenía mi cuerpo en aquel momento. Tras sacar mi lengua del enorme charco de vino que en mi boca se hallaba conseguí vocalizar a trancas y barrancas <> Nadie me atendió. <> Me miraban con asco. <> Tras eso les expliqué que si querían salvar sus almas que fueran a mi casa ese mismo día y me diesen una ofrenda para Él, sólo así salvarían sus culos de arder entre llamas.
No vino nadie.
A la semana siguiente les salte con lo mismo, la misma historia, la misma petición, la misma cantidad de vino en el cuerpo.
Ese día vino una persona, díjome que no tenía mucho y dióme un poco de dinero que guardé en un tarro.
A la siguiente semana les conté otra historia empapada en alcohol.
Ese día vinieron como diez personas.
Al mes ya tenía cuarenta fieles, al año eran más de cien. Decidí  comprar un edificio donde adorar al señor.

Después de un tiempo ya era rico, iba de la botella de vino a la cama directamente y cada domingo contaba historias de las mías. Mataban por mi y por mis historias y mi edificio. La gente daba todo lo que tenía por no ir al infierno.
Tras un tiempo yo morí y otros siguieron mi religión.
Me siento orgulloso.

9.4.10

Y al cielo llegué y Dios me dijo: no entras con calcetines blancos.
Y yo me quedé a las puertas del cielo eternamente...
                                                                               sin poder entrar.

El claro azul de la ventana gris.

Te asomas a la ventana y ves un techo gris de nubes negras, empieza a amanecer pero...¿cómo lo sabes si sólo ves nubes?
Montas en bus camino a tu lugar de estudio, y el día es más negro que el carbón.
Ves un claro en el cielo, y como otra ventana intentas asomarte por ella para ver un cielo azul. Una auténtica pena que tu destino sea estar encerrado en un día tan gris, ¿no?