10.11.09

Estupidez, no se llama humanidad, se llama estupidez.

Llevo seis horas mirando al cielo.
LLegó la noche, pero ahora veo el cielo, veo la hierba bajo mis manos, veo la hormiga aplastada y a su alrededor la hueya de un oso, nada de eso lo vi antes, pero ahora sí.
Aunque hay una cosa que veo más que nada, que me fascina, me atrae, me seduce. La Luna.
Su resplandor misterioso da luz a la tierra. Las estrellas que ahora yo veo posiblemente no existan ya, pero me iluminan igualmente.

Veo todo esto, tanta belleza junta por todas partes, allá por donde mire, esa es la razón por la que no quiero marchar. La civilización, la gente es estúpida, es fea. La gente me hace enfadar.
La Luna me hace sonreír, me hace disfutar.
La gente grita, insulta, pega, manda sin sentido, roba a los pobres, miente a los seres queridos y, sin razón alguna, mata.
Todo lo que me rodea me acepta, se adapta a mi, me respeta, me deja disfrutar, me da más que me quita, es sincera conmigo y si muero es por un animal que necesita comer, no tengo miedo aquí a la naturaleza, tengo miedo a la gente.
La gente piensa, piensa mal, no sabe pensar, la gente está loca. Tiene un comportamiento estúpido, no busca la supervivencia, busca el sufrimiento ajeno y la propia satisfacción. Mientras yo miro a la Luna fascinado, ahora están muriendo miles de personas por egoísmo, muere gente de hambre, o por guerras. Mueren por cosas que no tienen sentido.

Yo no quiero esa vida para mis hijos, yo quiero que piensen y que vivan.

La gente está hecha para matar y morir, para destruir. Aunque eso podría cambiarse si cada uno de nosotros fuese a su casa o al lugar donde viven y echase una mirada al cielo.

La Luna y la naturaleza me da lo que quiero que me de. Las personas me lo quitan.
La Luna y la naturaleza me da esperanzas y alegría. La gente me deprime y me desilusiona.
No soy sociópata, sólo miro, oigo, leo, pienso, comparo y opino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablad sin reparos.