1.10.09

Tal vez pase un poco de tiempo....

Dan las 7:04 en mi reloj, como cada día a las 7:00. Resucito después de una noche en el otro mundo. El frío me despierta, pero el calor de las sábanas me duerme. Dan las 7:14 en mi reloj, como cada día a las 7:10.
Hay que darse prisa. No hay tiempo a pararse a pensar cómo ponerse la camiseta, se pone, luego si eso se corrige.
No hay tiempo para nada si quiero desayunar.
Llegan las 7:54 a mi reloj, llega el autobús, la gente. Arranca el bus.
La carretera serpentea entre bancos de niebla que ocultan los árboles, las casas y los montes lejanos. Las luces brillan más.
Oviedo, 8:30, quedan cuatro minutos hasta y media, aún estamos a tiempo de llegar pronto.
Suceden las clases, van y vienen los profesores, los compañeros y la gente que ni es profesora ni compañera y no se sabe porqué está ahí.
A casa. Salgo del centro a las 14:34 y llego a mi casa a las 15:34 (coincidencia, otros días llego a las 16:04).
Nada que hacer.
El sol no brilla.
Las nubes ocultan el cielo.
Hoy los pájaros no cantan.
Hoy fue un día que aunque quisiriera no recordaría en un futuro.

Estas son las palabras de una persona con una grave enfermedad mental que le lleva a inventarse días que luego no recordará. Algunos lo llaman amnesia, yo lo llamo estupidez.

Estas otras son las palabras de un narcotraficante sin filtro alguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hablad sin reparos.