8.8.11

Caricias ajenas, sonrisas ajenas, miradas ajenas.
Nada mío y nada para mi.
Concentrado en lo ajeno, ausente de lo propio.
Miro las demás vidas y conformo en mi mente un collage de lo que querría tener.
Un collage del que tomo prestadas dos o tres cosas, si acaso cuatro, lo demás es mío, lo demás pertenece a mi vida.
Me torturo por lo que no poseo, más bien por lo que quiero poseer y no poseo (dos o tres cosas, si acaso cuatro).
Miro celoso a aquellos que lo disfrutan y siento odio, auténtico odio...dejar que me explique...siento odio, pero no porque lo posean, no porque lo disfruten...si no porque no lo aprecian...como el hombre, tetraplégico, que, tumbado en cama sin remedio, mira con odio al hombre gordo, ''sano'', tumbado en el sofá sin obligación ninguna, sin aportar nada a nadie, sin ayudar a nadie, sin realizar nada, viendo la tele, una programación estúpida, repetitiva, comercial, cutre...no se preocupa en ver una película decente, en leer un libro de más de 50 páginas, en pintar un cuadro, o dejar flotar su imaginación de cualquier otra forma (si obviamos la que requiere privacidad e imágenes obscenas), sin trabajar y sin intención de hacerlo, cuyo único sueño es la jubilación, el alcohol y una cama caliente. El hombre tetraplégico sueña con caminar, con vivir...con poder decidir su destino sin ayuda...el hombre del sofá sueña con que su país gane el mundial de fútbol, con que su nuevo presidente no sea peor que el anterior, con que las putas sean gratuitas, con que su mujer adelgace...
 Perdí completamente el tema del que hablaba...quizás lo que quiera decir sea que envidio a aquellos que poseen mis sueños...pero sería digno de vergüenza, así que me atreveré a decir que no los envidio, poseen aquello de lo que yo no puedo disfrutar, pero, en un futuro, espero que no muy lejano, ellos me envidiarán a mi y no porque posea, disfrute y valore aquello que ellos ahora poseen, si no porque habré cumplido mis expectativas, mis sueños, mediante mi propio trabajo...no...¿qué digo? Eso les da igual, me envidiarán porque moriré con la sonrisa más grande que quepa en mi cara.

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