1.12.10

Una bocanada de aire frío acompaña el silencio que será roto por mi suspiro.
El tiempo congela mi roja nariz.
Una luz naranja en un foco enciende las gotas de lluvia que acaban de caer en mi capucha. La sombra que proyecta la luz sobre la capucha hace imposible ver mis ojos y mi boca, sólo asoma la nariz.
Mi figura serena, orgullosa hace una sombra aún más serena y orgullosa, más grandiosa.

En ese rincón soy casi invisible y no sé a qué estoy esperando.
Me gusta ser invisible a veces.
La luz parpadea y se apaga.
Mi nariz se esconde con el resto de mi rostro en las sombras.

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